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Sueño con Serpientes

La persistencia de la memoria - Sueño con Serpientes

Sueño con Serpientes

Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

Calderón de la Barca.

«Yo soy la que llega a tus sueños todas las noches y te dice esto: ojos de perro azul». Me gusta mucho este relato de Gabo, que leí por primera vez en unos libritos baratos de rústica edición que repartía a las bibliotecas escolares el Ministerio Colombiano de Cultura, y que cuenta la tragedia de una pareja cuyos encuentros solo ocurren en el mundo de los sueños, porque como reclama ella con amargura en la frase final: “Eres el único hombre que, al despertar, no recuerda nada de lo que ha soñado». 

En la obra de García Márquez están muy presentes los sueños, mensajeros de noticias y presagios. Los Buendía sueñan despiertos durante la peste del insomnio en Macondo, de modo que los personajes de sus sueños se pasean por la casa a plena luz del día y así todos pueden ver los sueños de los demás. Macondo hubo de ser puesto en cuarentena  para evitar la propagación de la peste del insomnio por todos los pueblos de La Ciénaga, porque la falta de sueño llevaba a la pérdida progresiva de la memoria y finalmente de la consciencia, destino que pudieron eludir gracias a las pócimas milagrosas de Melquíades.

La consolidación de la memoria y el aprendizaje es apenas una de las funciones del sueño. Esta «inútil costumbre» es vital para todos los animales, y la privación del sueño llega a amenazar la vida. Está bien documentada la importancia del sueño para la salud del sistema inmune, la recarga de energía y la desintoxicación del sistema nervioso, además de sus efectos en el aprendizaje. Durante mucho tiempo se creyó que el sueño era un proceso pasivo, que además de consumir un tercio de la vida humana nos dejaba indefensos y expuestos a los predadores y otros peligros naturales, y por supuesto al puñal del enemigo, de modo que la pregunta por cómo pudo evolucionar un estado tan desventajoso, ha obsesionado siempre a científicos y legos. 

A pesar de que la pregunta por la razón del sueño parece lejos de tener una buena respuesta, es claro que durante el sueño el cerebro está tan activo como cuando estamos despiertos, a pesar de la profunda inactividad física, de la falta de respuesta del cerebro a los estímulos externos y de la ausencia de respuesta muscular. Las técnicas para estudiar lo que ocurre dentro del cerebro, en particular el electroencefalograma (ECG), han permitido encontrar patrones bien definidos durante el sueño de los mamíferos. 

En los mamíferos que duermen se ha observado un ciclo regular de etapas que van desde el sueño ligero al profundo, con patrones típicos de actividad cerebral, empezando con ondas rápidas de baja amplitud en el electroencefalograma, hasta otras más lentas y amplias, durante el llamado sueño NMOR (sin movimientos oculares rápidos). Le sigue luego un corto período de actividad cerebral intensa, similar a la que se observa en estado de vigilia, y que en consecuencia se ha denominado sueño paradójico, o también sueño MOR, por los movimientos rápidos de los ojos siguiendo las imágenes de los sueños que tienen lugar principalmente en esta fase. Solemos despertar en medio o al final de la fase MOR, en tanto que en lo más profundo de la fase NMOR estamos profundamente dormidos, disminuye la actividad cardíaca, la temperatura del cuerpo, y los reflejos espinales. Experimentos con ratas mostraron que la privación del sueño NMOR durante varios días,  termina en la muerte de los animales. Los mamíferos acuáticos como las ballenas y delfines, fueron los inventores de la habilidad de “dormir con un ojo abierto”. Obligados a salir cada tanto a la superficie para respirar, un hemisferio cerebral duerme, mientras el otro en efecto hace vigilia.

Todos los animales duermen, pero soñar ya es otra cosa. Parece que la capacidad de recrear sueños vívidos y altamente emocionales solo está presente en animales con una corteza cerebral compleja. Por lo que sabemos, soñamos nosotros los mamíferos, y sueñan también las aves, lo que de paso nos dice que la capacidad de soñar surgió en la historia evolutiva al menos dos veces, de forma independiente. No sabemos cuál es el papel de los sueños, pero me inclino por creer que los sueños vívidos durante la fase MOR son el resultado de un truco evolutivo de nuestro cerebro para mantenernos conscientes de peligros potenciales, como las fieras, las serpientes o las caídas, lo que debía ser muy frecuente hace millones de años cuando nuestro ancestro primate dormía en un lecho improvisado en lo más alto de un gran árbol, lejos del alcance de los predadores. Eso explicaría que nuestros sueños más recurrentes sean sobre caídas al vacío y persecuciones. 

En la cultura tradicional, la del trabajar y trabajar, se ha incubado una suerte de estigma sobre los noctámbulos, búhos que se sienten muy cómodos entre las sábanas a las ocho de la mañana, mientras se ensalzan las virtudes de las alondras, de forma por demás inmerecida. Me permito ofrecer al respecto una buena explicación, y que a la luz de la teoría evolutiva asigna a los búhos un valiosos rol, considerando que los humanos a lo largo de la mayor parte de nuestra historia evolutiva hemos dormido en grupos. La solución evolutiva fue la estratificación del sueño en un rango más o menos amplio de tiempo, de modo que mientras las alondras se están cayendo de sueño a las 9, para los búhos la noche apenas empieza. Así, el grupo como unidad resulta menos vulnerable. 

En la fértil y poética imaginación griega, Hipno o Hipnos ─el sueño─, es hijo de la noche y medio hermano de Tánatos ─la muerte─, y por eso noche a noche los dos hermanos compiten por el alma de cada hombre, según los designios de las Moiras. Morfeo, uno de los mil hijos de Hipnos, cuida de los sueños vívidos de los humanos.  Y por último, no resulta menos poética, aunque inquietante, la posibilidad de que nuestra existencia, o lo que creemos que es nuestra existencia consciente, no sea más que el sueño de algún otro, como en «Ojos de Perro Azul». En tal caso, tendríamos que aceptar con Segismundo, que «toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».

La persistencia de la memoria - Sueño con Serpientes
Figura 1. Los pintores surrealistas encontraron en el contenido de los sueños diversos motivos para la creación artística. 'La persistencia de la memoria' (1931), obre del pintor catalán Salvador Dalí. GALA-SALVADOR DALÍ FOUNDATION/ARTISTS RIGHTS SOCIETY (ARS)
Fases o etapas del sueño No MOR y MOR
Figura 2. Fases o etapas del sueño No MOR y MOR con su duración media, y el tipo de ondas electroencefalográficas registradas en cada etapa. Tomado de Carrillo-Mora, Ramírez-Peris y Magaña-Vázquez. 2013. Neurobiología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM. 56(4:5-15).
ELECTROFISIOLOGÍA - FRANKLIN MORENO
Franklin Moreno-Vélez
PhD Ciencias

Sobre el autor:

Soy profesional en Ciencias Naturales, con experiencia como docente e investigador. Desde hace 15 años, estudio la composición y propiedades de los venenos de varias especies de escorpiones del Valle del Cauca, mediante técnicas cromatográficas, proteómicas y genómicas.